Nacida en La Plata, Argentina, en 1965, Victoria Alonso tuvo su primer contacto con la producción al trabajar en un teatro de Buenos Aires durante su adolescencia. Aunque inicialmente pretendía ser actriz, para lo que emigró a Seattle con 19 años, para estudiar psicología y arte dramático. Un sueño americano con aroma a los tacos, burritos y enchiladas que sirvió como camarera o cuidadora de niños durante esos cinco primeros años, para trasladarse después a San Francisco y trabajar como azafata de Alaska Airlanes, y finalmente a Los Ángeles, donde encauzó finalmente su viejo apetito por «contar historias», aunque detrás de las cámaras.
Comenzó de pasante en Paramount y posteriormente como asistente personal de varios ejecutivos de RSA Films, la compañía de cine y producción comercial de los hermanos Ridley y Tony Scott, y Digital Domain, el estudio de efectos digitales de James Cameron. Donde se inició como productora de VFX, emprendiendo una carrera que la llevaría a Rhythm & Hues, DreamWorks y Sony Pictures Imageworks en proyectos como El Sexto día (2000), Como perros y gatos (2001), Shrek (2001), Big Fish (2003) o Hancock (2008). En ésta última coincidió con Louis D’Esposito, que a su vez le propuso trabajar en 2006 en Iron Man.
Kevin Feige y Louis D’Esposito, flanqueando a Victoria Alonso en el rodaje de Iron Man 3
Llegó a Marvel Sudios en pleno cambio de guardia: Avi Arad abandonaba la jefatura del estudio en favor de David Maisel, tras una década ofreciendo su catálogo a otros estudios, si bien aún se quedó junto a D’Esposito como productores ejecutivos de Iron Man, junto a su anterior protegido, Kevin Feige, como productor, y Alonso como coproductora. Que conformarían el nuevo núcleo de producción del estudio, con Alonso inicialmente de Vicepresidenta Ejecutiva de Efectos Visuales y Posproducción. Los únicos cómics que refiere haber leído de niña son los de Mafalda, manifestándose intrigada por el concepto del Universo Marvel, pero asegurando que aceptó principalmente la oferta porque estaba cansada de viajar con cada rodaje, y la película se filmaría principalmente en Los Ángeles. Aunque también se declara incómoda dentro del entramado de una corporación, por lo que era renuente a asumir un puesto ejecutivo, y lo hizo con la condición de poder seguir produciendo.
Y tanto: se saltó la simultánea El Increíble Hulk, pero siguió como coproductora en Iron Man 2 (2010), Thor (2011) y Capitán América: El primer vengador (2011), y ascendió a productora ejecutiva a partir de Los Vengadores (2012). Así como en el organigrama del estudio, a Presidenta de Producción Física y Posproducción, Efectos Visuales y Animación, en 2021, únicamente por debajo de los copresidentes, Kevin Feige y Louis D’Esposito. Un cargo que describe como casi creado a su antojo, porque se seguía considerando en primer lugar a sí misma como productora: «Yo solo quería contar historias. Ahora cuento historias, y hago otras cosas más”. Concretamente, todo lo relacionado con los rodajes, post-producción, efectos visuales y animación de todas las películas y las series de imagen real y de animación en las que ha seguido ejerciendo como productora ejecutiva, alzándose como la mujer más poderosa de Hollywood, justo cuando éste se tambaleaba por el impacto de la Covid y de la irrupción del streaming.

Como latina, inmigrante, homosexual y activista desde que participó y perdió a varios de sus amigos en las manifestaciones contra la dictadura militar argentina en su adolescencia, también se ha significado -y ha sido señalada- como la voz de la inclusión y la diversidad en la industria. Ha abogado por la representación de todo tipo de personajes pero también en la composición de sus equipos creativos, desde mucho antes de que Marvel o Disney alzaran esa bandera, transformándolas desde dentro y llegando a enfrentarse cara a cara con el entonces consejero delegado de toda la corporación, Bob Chapek, cuando la polémica ley «don’t say gay» de Florida destapó un escándalo de censura en Disney.
Un posicionamiento personal que también le llevó a regresar a su país el año pasado, con el permiso de Disney, como productora de Argentina, 1985 (2022). Un alegato sobre el Juicio a las Juntas Militares que le ha valido una nominación al Óscar como Mejor película internacional, pero que se ha superpuesto con incontables polémicas sobre el estrés de producción de Marvel Studios, y en particular sobre el supuesto trato a los equipos y los estándares de calidad de sus efectos visuales, la fatiga de una parte del público y el debate entre la cantidad y la calidad de sus producciones. Más el regreso de Bob Iger en sustitución de Bob Chapek a la jefatura de Disney, su enfrentamiento con el presidente de Marvel Entertainment, Ike Perlmutter y el replanteamiento de cómo rentabilizar la cada vez más tensionada cadena de exhibición y mejorar la gestión de sus principales franquicias. Empezando por una oleada de despidos en el seno de Disney, como ya abordamos aquí más en detalle.
Hasta la noticia esta semana en The Hollywood Reporter de que apenas ocho días después de su gran noche en los Oscar, Alonso dejó Marvel Studios el pasado viernes, sin detallar las razones para su salida, ni si se fue por decisión propia o fue despedida. La tormenta de malas críticas y decepcionante taquilla de Ant-Man y La Avispa: Quantumania sobrevoló las primeras reacciones, abriendo la puerta a incontables rumores y la mar de fondo que arrastramos los últimos meses sobre la deriva del Universo Audiovisual Marvel. Golpeó primero Chris Lee, reportero de Vulture, al citar en su cuenta en Twiter a «muchas fuentes del ámbito de los efectos visuales» que responsabilizarían «singularmente» a Alonso de generar «un ambiente tóxico» y «de miedo» al trabajar para Marvel, mediante favoritismos y listas negras; y de injerir junto a Feige en decisiones creativas que habitualmente corresponderían a los directores y showrunners, como aprobar tomas o los efectos visuales personalmente. No obstante, otras fuentes citadas por Variety han negado rotundamente dichas acusaciones.- Aunque sí ratificarían por el contrario el despido, que además le habría pillado a Alonso por sorpresa, y habría sido decidido conjuntamente por los departamentos de recursos humanos y legal de Disney, junto a varios ejecutivos, incluido el copresidente de Disney Entertainment, Alan Bergman (a quien informa directamente Marvel Studios). Mientras Kevin Feige se habría visto atrapado en una situación imposible, y en última instancia no habría intervenido. Y sólo sería el principio, anunciando Business Insider muchos más despidos y recortes en toda la corporación para abril.

En definitiva, todavía es demasiado pronto para interpretar la salida de Victoria Alonso, a falta de ningún posicionamiento oficial. Si bien, tanto Disney como Marvel Studios vienen reconociendo la necesidad de espaciar sus productos, y siempre serán los departamentos de posproducción y efectos visuales los más afectados en caso de saturación. Como sea, el legado de Victoria Alonso va mucho más allá, acumulando dos créditos como productora de efectos visuales, cuatro como coproductora y cuarenta y tres como productora ejecutiva en diecisiete años en Marvel Studios. Cuyo primer cambio en su núcleo de producción, a buen seguro que marcará un cambio de era.
ACTUALIZACIÓN
The Hollywood Reporter apunta como causa del despido al incumplimiento contractual por parte de Alonso, ya que Argentina, 1985 está distribuida por Amazon, y los estándares de conducta empresarial de Disney que habría suscrito la productora en un acuerdo de 2018 establecen que los empleados no pueden trabajar para estudios de la competencia. Ello a pesar de que como ya habíamos mencionado ayer en la parte anterior del texto, y la propia productora había afirmado hace un año en esta entrevista, «le pregunté a Disney si me permitían hacerlo y me dijeron que sí», como reafirmaba también más recientemente Indiewire. Contrariamente a lo cual, las fuentes internas citadas por The Hollywood Reporter aseguran que no pidió permiso, ni dio aviso. Lo que habría motivado una auditoría interna al enterarse con posterioridad Disney, que la dispensó en base a sus servicios a la empresa y su condición de veterana, a cambio de firmar un nuevo memorando que le prohibiría publicitar su participación. A pesar de lo cual y de que su agenda de trabajo en Marvel Studios estaba más ocupada que nunca, continuó asistiendo a proyecciones, participando en paneles y haciendo entrevistas para promocionar la cinta, desoyendo repetidas advertencias por parte de Disney. Hasta que la situación habría llegado a un punto crítico al aparecer en la alfombra de los Oscar acompañando al director de Argentina, 1985, Santiago Mitre, por su nominación a la mejor película extranjera, en lugar de en la comitiva de Black Panther: Wakanda Forever, que se disputaba asimismo cinco estatuillas, incluida una nominación a los efectos especiales de su propia competencia.
Pero la situación ha escalado inesperadamente con el contundente comunicado en respuesta de la abogada de Alonso, Patty Glaser:
“La idea de que Victoria fuese despedida por un puñado de entrevistas relacionadas con un proyecto de pasión personal sobre los derechos humanos y la democracia que fue nominado para un Oscar y en el que obtuvo la bendición de Disney para trabajar, es absolutamente ridículo. Victoria, una latina gay que tuvo el coraje de criticar a Disney, fue silenciada. Luego fue despedida cuando se negó a hacer algo que creía reprobable. Disney y Marvel tomaron una decisión realmente mala que tendrá graves consecuencias. Hay mucho más en esta historia y Victoria lo contará en breve, en un foro u otro”.
ACTUALIZACIÓN II
Deadline contextualiza que el bufete de Glaser Weil Fink Howard Avchen & Shapiro LLP, ya ha presentado una demanda este mismo mes contra Lucasfilm por el despido de la productora Karyn McCarthy de Star Wars The Acolyte. Con lo que parece evidente que las «graves consecuencias» de las que advierte su comunicado implican que Alonso se estaría planteando emprender asimismo acciones legales por su despido.
Del mismo modo, varios medios como Variety han actualizado su cobertura para recoger la respuesta de un portavoz de Disney al comunicado de Glaser:
«Es desafortunado que Victoria esté compartiendo una narrativa que deja de lado varios factores clave relacionados con su partida, incluido un incumplimiento de contrato indiscutible y una violación directa de la política de la empresa. Seguiremos deseándole lo mejor para el futuro y agradeciéndole sus numerosas contribuciones al estudio»
ACTUALIZACIÓN III
The Hollywood Reporter identifica que, según sus fuentes, Alonso se habría negado el pasado mes de enero, a pocas semanas del estreno de Ant-Man y la Avispa: Quantumania, a difuminar en postproducción el arcoíris y la palabra «Orgullo» del escaparate de la tienda que puede verse en las dos escenas en las que Scott Lang pasea por San Francisco, además de otras referencias al alcohol y el breve vistazo a las nalgas de MODOK, para facilitar su lanzamiento en Kuwait. Dichas ediciones habrían sido realizadas finalmente por un proveedor externo, pero sería este enfrentamiento y no la promoción de Argentina, 1985 según daba a entender el comunicado de su abogada, lo que habría precipitado el despido.
Se da la paradoja de que Marvel Studios habría optado por el contrario por no estrenar Eternals en algunos mercados, antes de suprimir el beso de Phastos, pero después sí que recortaron el de Ayo y Aneka en Black Panther: Wakanda Forever, precisamente para poder estrenarla también en Kuwait. Con lo que es relevante clarificar cuál es realmente la política de Disney, según extracta el mismo artículo:
“En los países donde operamos, buscamos compartir nuestras historias en su forma original, tal como las hemos creado nosotros y los artistas involucrados. Si realizamos modificaciones debido a consideraciones legales o de otro tipo, serán lo más limitadas posible. No haremos una edición donde creamos que afectaría la narración. En esa circunstancia, no distribuiremos el contenido en ese mercado”.
2 comentarios de “Victoria Alonso: adiós al tercer pilar de Marvel Studios [ACTUALIZADO III]”