Anunciábamos hace un par de meses los contenidos de las diferentes ediciones domésticas de Deadpool 2, finalmente a la venta en España, físicamente desde este viernes, 14 de septiembre, y digitalmente desde el pasado día 7. Destacaban especialmente los 15 minutos inéditos de la edición Super $@%!#& Grande, desde Ryan Reynolds plantearaque disponían de suficientes descartes para montar dos películas completamente distintas, en su presentación en la Comic Con de San Diego. Promoción aparte, Fox cuenta con dos precedentes argumentalmente tan sustanciales como el «Director’s cut» de Daredevil al «Rogue Cut» de X-Men: Días del Futuro pasado, si bien el Mercenario Bocazas prefirió compararse para su lanzamiento americano con el cambio puramente estético de Logan Noir:
Ya hemos visionado el nuevo montaje, nada menos que en pantalla grande, por cortesía de Fox España. Y en nuestra opinión el experimento marca más cambios de tono que argumentales, lo que no debe menospreciarse en una saga en la que la forma es su verdadero fondo. Sigue siendo aún así sustancialmente la misma película, y vista de nuevas firmaríamos nuestra misma crítica del montaje cinematográfico en Marvel Age #31. Pese a lo cual podríamos enumerar hasta cincuenta cambios, que recomendamos repasar tan sólo después de verla. En su mayoría se trata de meras variantes de los mismos chistes, no necesariamente mejores, pero que nos devuelven a la sala de montaje, en la que los guionistas, Rhett Reese y Paul Wernick, remataron muchos diálogos en ambas entregas, aprovechando que como lleva máscara, podían insertar las palabras que quisieran. Incluso elecciones musicales completamente diferentes, marcando como promedio una aún mayor distancia ante cualquier traza de épica superheroica.
Entre las escenas netamente nuevas, se reiteran chistes ya presentes en el montaje cinematográfico, desde el costumbrismo de la Mansión-X a nuevos intentos frustrados de suicidio, pero no nos quejaremos: más es más.
Muy puntualmente, algunos añadidos cruzan la línea roja de la corrección política, caso muy destacadamente de la imprescindible nueva doble escena postcréditos, lo que ya de por sí es muy de celebrar en estos tiempos que corren. Aunque no sea el caso de las escenas extendidas de lucha, más recortadas a nivel de ritmo que de gore.
Otros descartes pueden tener tintes más corporativos, colándose por ejemplo una nueva alusión a costa del Capitán América, aunque debo reconocer que esperaba más a ese respecto; Reese y Wernick, habían reconocido conversaciones para que Chris Evans se hubiera presentado como la Antorcha Humana al casting de X-Force, y el artista conceptual Alexander Lozano ha revelado este verano que el proyecto inicial de Tim Miller podía haber ido mucho más allá… pero seguimos sin saber cuál era el chiste sobre Disney, que Ryan Reynolds comentó que les hizo retirar Fox.
No sólo hay sitio para bromas. Sin llegar a las nuevas tramas secundarias que introducían las referidas versiones extendidas de Daredevil y X-Men: Días del Futuro pasado, el nuevo montaje añade algo de profundidad a la trama principal, al desarrollar el trasfondo de abusos de Russell Collins, antes de que se encuentre con Deadpool, y mantiene algo más el foco en él en paralelo, lo que refuerza su peso como principal antagonista en detrimento del reclamo de Cable, pero centra emocionalmente la película.
Super $@%!#& Grande, en suma, tal vez no redescubra Deadpool 2, pero sí es una estupenda excusa para revisitarla.